Usan inteligencia artificial para entender el lenguaje de las abejas y los murciélagos

 Usan inteligencia artificial para entender el lenguaje de las abejas y los murciélagos

La inteligencia artificial (IA) se está utilizando para comprender el lenguaje de las abejas y los murciélagos en el emergente campo de estudio conocido como bioacústica digital. En esta disciplina, los investigadores se enfocan inicialmente en abejas y murciélagos, empleando grabadores de campo portátiles que funcionan como micrófonos miniaturizados y se colocan en entornos naturales, como árboles y lomos de ballenas.

Estos dispositivos graban sonidos de forma continua las 24 horas del día, generando grandes volúmenes de datos. Luego, los científicos aplican algoritmos de procesamiento de lenguaje natural, similares a los utilizados en Google Translate, para identificar patrones en estas grabaciones y comprender la comunicación animal.

Un ejemplo destacado de esta innovación proviene de la investigación del científico Yossi Yovel en murciélagos egipcios. Estos murciélagos, que tienen cerebros similares a los humanos, utilizan la ecolocalización para interactuar. El estudio involucró la grabación de audio y video de casi dos docenas de murciélagos durante dos meses y medio. Un programa de reconocimiento de voz adaptado analizó 15,000 sonidos registrados, identificando sonidos relacionados con interacciones sociales, como luchas por comida o disputas por lugares para dormir.

Este estudio reveló que los murciélagos poseen una comunicación sofisticada, incluyendo «llamadas de firma» que funcionan como nombres individuales. También pueden distinguir entre sexos, utilizan dialectos y mantienen distanciamiento social cuando están enfermos. Las madres murciélagos modifican sus vocalizaciones al interactuar con sus crías, lo que facilita el aprendizaje de palabras o sonidos específicos por parte de los jóvenes.

Las abejas también son objeto de estudio en esta área. Se ha descubierto que utilizan sonidos y movimientos corporales para comunicarse, con señales específicas que indican peligro o información sobre la ubicación del néctar. Un ejemplo notable es el desarrollo de un «Robobee», un robot insecto, que puede interactuar con las abejas y darles órdenes.

A pesar de estos avances, es importante señalar que aún existe un largo camino por recorrer antes de que podamos comprender completamente el lenguaje de los animales y comunicarnos con ellos de manera automática. Los investigadores enfrentan desafíos significativos, incluida la diversidad de señales comunicativas entre las especies y la comprensión de estas señales en diferentes contextos de comportamiento. La traducción precisa de los sonidos y comportamientos de las mascotas en un lenguaje humano comprensible sigue siendo un objetivo científico ambicioso y complicado.