La Inteligencia Artificial y los robots en el cuidado de la tercera edad

 La Inteligencia Artificial y los robots en el cuidado de la tercera edad

La Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en una presencia omnipresente en la vida cotidiana, influenciando desde la creación de imágenes y vídeos hasta su papel en la medicina, donde ha revolucionado el diagnóstico y tratamiento de diversas enfermedades, incluyendo el cáncer. Sin embargo, en los últimos tiempos, se ha explorado su potencial en la atención y compañía de las personas mayores, combatiendo la soledad que a menudo los afecta. Desde recordatorios de medicamentos hasta la asistencia en actividades diarias, los robots de compañía con tecnología de IA están emergiendo como una alternativa en este contexto.

La soledad no deseada en la tercera edad tiene graves consecuencias para la salud, aumentando significativamente el riesgo de enfermedades cardiovasculares, demencia y problemas de salud mental, como la depresión. Guillermo Lahera, profesor de Psiquiatría en la Universidad de Alcalá de Henares (UAH), señala que la falta de relaciones sociales puede desencadenar un ciclo de abandono personal y hábitos poco saludables.

En un informe publicado en la revista Science Robotics en julio, investigadores de las universidades de Auckland, Duke y Cornell reflexionan sobre el potencial de los robots de compañía con IA y los riesgos asociados. Destacan la importancia de la conexión social con los robots, argumentando que pueden fomentar el compromiso, la interacción y el bienestar, al mismo tiempo que reducen el estrés y la soledad.

Murali Doraiswamy, autor principal del informe, considera que los robots de compañía con IA pueden ser una solución para las personas aisladas que carecen de otras opciones, al menos hasta que la sociedad priorice el contacto humano. Sin embargo, Isabel Rodríguez, coordinadora del Grupo de Gerontología de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), advierte que la tecnología no debe reemplazar el contacto humano y que la soledad debe ser abordada de manera más profunda.

Rodríguez enfatiza que las relaciones sociales involucran factores como la empatía, el afecto y el intercambio de sentimientos, elementos que los robots aún no pueden proporcionar. Lahera añade que la «inmortalidad de los robots» los hace incapaces de sustituir las interacciones humanas.

Antonio López, catedrático de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), es optimista sobre el potencial de la tecnología para combatir la soledad, pero reconoce la necesidad de una formación adecuada para los usuarios.

Los expertos también destacan la importancia de adaptar la tecnología a las necesidades individuales, considerando el estado cognitivo, el grado de independencia y el entorno de vida de cada persona mayor.

Aunque los robots con IA tienen la capacidad de mantener conversaciones, todavía no pueden hacerlo de manera tan natural como los seres humanos, según Doraiswamy y López. A medida que la tecnología avance, se espera que esta limitación se supere.

En España, ya se han implementado proyectos con robots en residencias de ancianos, desde mascotas robóticas para pacientes con demencia hasta robots de fisioterapia y cognición. Empresas como PAL Robotics trabajan en el desarrollo de robots que promuevan la autonomía y el bienestar de las personas mayores.

Sin embargo, los expertos enfatizan la importancia de abordar las implicaciones éticas, como la privacidad y la responsabilidad en caso de accidente, al desarrollar estos robots. Para López, es esencial construir un modelo basado en los derechos humanos a medida que la tecnología cambia nuestra realidad.