La IA en el centro de la Educación: Entre el futuro y las preocupaciones

 La IA en el centro de la Educación: Entre el futuro y las preocupaciones

Recientemente, se exploró el Laboratorio de Robótica Educativa «Luciano Gallino» en la Universidad de Turín, Italia, durante una conferencia sobre inteligencia artificial y alfabetización mediática. La presentación de los resultados de la Defensoría del Público desencadenó una reflexión sobre la creciente integración de la inteligencia artificial en entornos educativos.

Durante la visita, PEPEER, un prototipo diseñado para asistir a estudiantes desde la escuela primaria hasta los primeros años de la universidad, se destacó por su capacidad para establecer conexiones emocionales con los alumnos. Este robot, con una apariencia amigable y adaptativa, planteó preguntas sobre la posibilidad de experimentar empatía por parte de la inteligencia artificial, un sentimiento tradicionalmente humano.

La noción de la «antropomorfización de la inteligencia artificial generativa» surgió durante el evento, sugiriendo la posibilidad de que modelos de lenguaje avanzados, como Chat GPT, adquieran una presencia física y reconozcan las emociones de las personas con las que interactúan.

La integración de sistemas de reconocimiento emocional como una «meta-prompt» añade otra capa a esta convergencia entre robots educativos y modelos de lenguaje avanzados. Esta capacidad de adaptarse a las emociones de los estudiantes plantea un nuevo escenario, donde la tecnología se ajusta a la experiencia del estudiante.

Sin embargo, surge la pregunta sobre cómo estas tecnologías pueden complementar, en lugar de reemplazar, a los profesores. Mientras algunos sostienen que la inteligencia artificial debería ser una herramienta que agregue valor al proceso de enseñanza-aprendizaje, otros advierten sobre la posibilidad de que los robots sustituyan a los docentes en tareas específicas.

En este contexto, la automatización de tareas docentes específicas, como el registro de asistencia y la calificación, plantea interrogantes sobre el futuro de la educación. Neil Selwyn destaca la necesidad de determinar claramente qué papel queremos que desempeñen estas tecnologías en la educación, evitando decisiones impulsadas por motivos económicos.

Es esencial recordar que la educación es un proceso profundamente humano, y las decisiones sobre la integración de tecnologías deben abordarse desde una perspectiva humanista. La reflexión cuidadosa y la consideración de los riesgos y oportunidades son esenciales para garantizar que la tecnología fortalezca la posición docente y mejore la calidad de la educación, en lugar de socavarla.

En conclusión, la anticipación de los riesgos y oportunidades asociados con la integración de la inteligencia artificial en la educación es fundamental. El objetivo debe ser fortalecer la posición docente y fomentar la diversidad en las aulas, asegurando que la tecnología sea una aliada en la evolución educativa.