De la “compresión del tiempo” a la próxima etapa de la inteligencia artificial generativa.

 De la “compresión del tiempo” a la próxima etapa de la inteligencia artificial generativa.

El mundo de la inteligencia artificial se encuentra en constante evolución, y la comunidad global de expertos en IA, reunida por «Mataculus», ha planteado una serie de interrogantes sobre su futuro. La incertidumbre gira en torno a la posibilidad de que la inteligencia artificial sea nombrada «personaje del año» por la revista Time en 2023 y cuándo OpenAI anunciará su próxima generación, GPT-5. Además, se cuestiona si las redes neuronales podrán generar cortos audiovisuales coherentes e indistinguibles del trabajo de directores humanos para el año 2025.

Los expertos han compartido sus proyecciones y opiniones en diversos temas relacionados con la IA, desde su regulación y percepción pública hasta su impacto en elecciones mediante «deep fakes». Un 74% de los expertos predice intentos masivos de desinformación dirigidos por IA en futuras elecciones estadounidenses.

Es notable cómo estas proyecciones han evolucionado en los últimos meses. Actualmente, el 96% de los especialistas cree que habrá una paridad entre la inteligencia humana y artificial antes de 2040, en comparación con menos del 50% hace solo dos años. Además, se espera que el primer sistema de «IA general», capaz de comprender, aprender y realizar tareas en diversos dominios, se anuncie el 17 de agosto de 2031, en contraste con la expectativa anterior de después de 2050.

Esta aceleración en la evolución de la inteligencia artificial se asemeja a la noción de «compresión del tiempo» introducida por el geógrafo y teórico social David Harvey en 1989, que describía la rápida evolución tecnológica y de la globalización. Esta dinámica plantea cuestiones importantes en términos de la «economía del cambio», respaldando la teoría de los «aceleracionistas», quienes argumentan que se está poniendo fin a un medio siglo de «Gran Estancamiento» que comenzó en 1973.

Datos recientes respaldan esta visión, con un aumento sorprendente de la productividad en Estados Unidos en el segundo trimestre, impulsado en parte por la IA generativa. Se estima que la IA generativa podría duplicar el avance de la productividad laboral, lo que algunos consideran el inicio de una «gran aceleración».

A nivel micro, las empresas también están tomando medidas para aprovechar plenamente la IA generativa, como lo demuestran los ingresos significativos de compañías como Nvidia. Un 75% de los CEO considera esta transición tecnológica como una prioridad. Además, OpenAI, el pionero del ChatGPT, ha superado con creces las estimaciones de ingresos, con más de 1000 millones de dólares, en comparación con los 200 millones pronosticados para 2023.

Sin embargo, a pesar de estos avances, la IA generativa sigue siendo una tecnología relativamente nueva y enfrenta desafíos en su adopción. La transformación de las profesiones y el mercado laboral es uno de los territorios de debate más complejos. Un informe del World Economic Forum sugiere la aparición de nuevas categorías laborales, como «entrenadores», «explicadores» y «sostenedores», relacionadas con la IA generativa.

A pesar de los intentos de predecir el impacto de la IA en los empleos, la realidad ha demostrado ser más resistente a los pronósticos. A medida que esta «economía del cambio» con la IA generativa avanza, se espera una tercera etapa que involucra acciones más sofisticadas, como la gestión completa de productos y eventos a través de la IA.

En este contexto de constante cambio y avance tecnológico, es importante encontrar «islas de estabilidad» en la rutina diaria, tal como sugería el teórico Alvin Toffler en su concepto de «Shock del Futuro». Estos momentos proporcionan distracción, hobbies y seguridad en medio de la vorágine de la «gran aceleración».